Sketchbooks

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Nades


La cuarentena nos volvió un poco locos de diversas formas. Nuestro espacio se ha visto delimitado indefinidamente, y nos ha enfrentado a distintos escenarios, más y menos afortunados.

No es un tiempo particularmente bueno para artistas en mi opinión, aunque hay gente que ha logrado dibujar mucho.

El arte no es una urgencia, sobre todo en estos tiempos, mas sigue siendo una especie de atajo hacia aquel lugar personal que nos puede salvar. Las libretas son una de las herramientas que ofrecen la posibilidad de explorar aquello; es una superficie portable, práctica y cuyos beneficios superan las limitaciones propias del medio.

De las hojas a las libretas


Existen distintos medios para el dibujo, desde niño se parte con un cuaderno cuadriculado o croquis y con el tiempo aparece una croquera anillada junto con los cuadernos del colegio. Ya en esos tiempos el ejercicio de boceto personal requiere su propio lugar.

Digámoslo claro, porque estoy segura que algunos comentarán esto: Tener una libreta de dibujo empastada es algo innecesario. Uno puede dibujar en cualquier superficie y de hecho, el punto de comparación con cada libreta que revisemos será el papel Bond de impresora estándar de 80grs.


Pero hay algo en las libretas que las hace cautivantes y atractivas. Personalmente, no empecé a usarlas sino hasta hace dos años, y me resistía por la forma en que yo dibujaba. Solía preferir el croquis más que el dibujo terminado, por lo que usar hojas sueltas o una croquera barata me bastaba para matar el tiempo y llenarla. Sin embargo, ahora que estoy más vieja, no tengo tanta energía para dibujar de esa forma.
Las libretas,en tanto incompatibles con mis costumbres, me fueron indiferentes hasta que conocí a maría @cuatroojos y pude experimentar un “sketchbook tour” por primera vez. Al recorrerlas, no sólo impresiona lo bonito que dibuja maría, también demostraba todos los materiales que iba probando y esas ideas eventualmente eran una ilustración para sus redes sociales. Recuerdo, además, que ella me decía que le gustaban las libretas Artel, pero que las de casa ideas eran muy bonitas, y que en particular le gustaba el color amarillo de las hojas (cosa que no comparto tanto a la fecha). Cuando María abría su libreta te hacía un recorrido de muchos dibujos que ocupaban una pequeña porción de hoja, estaban pintados, incluso los que no estaban terminados parecían seguir el camino y aparecían en cada página.



Dibujitos de la libreta de maría

Conocer y mirar libretas fue toda una experiencia, y por eso existe una categoría de videos llamado “Recorrido de libretas” o “Sketchbook tour” , en el cual un artista demuestra un camino a través de una libreta de dibujo. Imagino una especie de guía hacia la mente del dibujante, sus intereses, sus clases, tareas y pensamientos de un mes o año particular.

Todos los dibujantes son distintos, eso es verdad, y pareciera que esta descripción a simple vista no dista de la experiencia de una libreta de croquis anillada, a la que se le arranca la página. Pero puedo asegurar que cuando se adquiere una libreta, uno se obliga y logra pensar con qué llenar cada espacio. En cambio, en una croquera da un tanto lo mismo, puedes quitar la hoja y hacer como que nada pasó. 

En cualquier caso no quiero hacer tanto énfasis en el resultado y que sea bonita, sino que la libreta implica darle un lugar e importancia al proceso creativo.



Eventualmente , no pude sino tentarme y adquirir alguna. La primera libreta que tuve sin anillado (ni posibilidad de quitar hojas) fue una china, marca lenwa, de portada muy recargada y papel kraft en el medio. Nunca había hecho dibujos más feos y con tanta complicación. 

La pregunta que aparece cuando te enfrentas a una nueva y linda libreta es “¿Cómo demonios la lleno?”. Las respuestas a esta pregunta son infinitas, y cada sketchbook es una alternativa posible. Quisiera referirme a algunos usos como ejemplo de esto.


Ejemplo de libretas chinas 

Diario

La forma de este medio definitivamente nos recuerda a un libro. Este contiene una seguidilla de páginas, y aquello nos permite un REGISTRO lineal de pensamientos e ideas.

Hay personas que les cuesta escribir lo que piensan, pero quizás expresarlo a travès del dibujo es mucho más fácil y significativo. Combinar ambos lenguajes también es una opción para descubrir cosas en nuestro interior.

Ortega: No se rían

Scrapbook

Esta técnica es bastante conocida, refiere a hacer un libro personalizado recopilando diversos recuerdos. Se usa el collage, la foto, cintas washi, tickets, todo lo que represente algo especial y personal, disponiendo del gusto por cierta estética o temática.

La técnica del recorte es una posibilidad, sobre todo cuando no sabes qué dibujar. A veces pueden surgir cosas muy interesantes desde rayar una fotografía, o simplemente puedes enmarcar una boleta de una salida especial.

November Bullet Journal Spread
Imagen de pinterest

Bitácora de investigación

El uso es más técnico y con un propósito definido. ¿Quieres mejorar composición? Puedes ocupar la libreta como registro de todos los paisajes que ves en un viaje o viñetas particulares de tus cómics favoritos ¿Quieres mejorar anatomía? Realiza una seguidilla de estudios anatómicos en poco espacio. Estos son un par de ejemplos de cómo puedes usar la libreta para investigar.
En la libreta verás el progreso en cada estudio, y todos estos bocetos tendrán correlación temática. A la larga, la consistencia siempre luce bien sin adornos anexos. 



Proceso creativo

Si son ávidos de ver ilustradores trabajando en sus talleres, habrán notado que muchos de ellos usan libretas para hacer un mini estudio antes de terminar una pieza. Las libretas, como muchas otras superficies, permiten dar un espacio para repetir una y otra vez una imagen, cambiando valores, cambiando proporciones, hasta que el dibujo convence y se termina. 

Como mencioné antes, lo importante de la libreta no es que sea una pieza llena de dibujos bonitos, sino un lugar para investigar e intentar cosas.

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Contras

Hemos revisado muchos usos de la libreta, hay tantas posibilidades que los contras que pude pensar no eran tan graves:

Uno es el precio, las libretas según el tipo de papel o marca pueden costar hasta 20.000 pesos chilenos. Esto es fácil de solucionar si eres bueno buscando ofertas y a la vez no muy quisquilloso con el tipo de hojas.
Yo diría que hay una libreta para cada bolsillo. La primera libreta que me consentí en adquirir era una china que compré en meiggs a $2.600, un precio que al por mayor se podía disminuir incluso más. Años después, ya que tenía trabajo compré una Moleskine que es una de las libretas más costosas en el país , sólo para ver qué tal. En otra ocasión les contaré de eso.

Dos, es inevitable equivocarse. Es decir, cuando la cagas se va a ver porque si arrancas la página, la libreta se verá extraña. Una posibilidad es asumir el error y aceptarlo, estamos todos aprendiendo. Lo otro es usar la inteligencia y buscar estrategias para cubrir y trabajar desde eso. Puedes pintar encima, o ocupar un post it y hacerte el loco.

Tres ¡existen muchas libretas! ¿Cuál compro? 
Pues, próximamente escribiremos reseñas de las libretas que tenemos, así quizás podamos ayudarles a elegir, o bien podríamos compartir experiencias en los comentarios y discutir si es que discrepan de nuestra opinión.

He pasado por muchos estados, he sido muy tacaña comprando la libreta más barata llenándola de dibujos horribles, y también me he dado el gusto de comprar otras más caras, que tanto me han intimidado de rayar. Me gustaría en un futuro escribir de ellas.
Viendo todas estas posibilidades ¿Ya tienes tu libreta? Cuéntennos qué piensan de ellas.




Ortega

Camila siempre piensa mucho las cosas. Yo solía usar puras croqueras tamaño carta de la Librería arquitectura hasta que en un taller al que asistí, íbamos a dibujar en la calle y nos dieron una libretas mini de esas tapa dura.

Por dios que recuerdos.



De ahí me he ido comprando sólo de ese tipo porque son un poco más resistentes que las anilladas y más fáciles de almacenar. Personalmente me da lo mismo el papel o tener cosas terminadas en las libretas, al final son para vomitar pensamientos o distraerme en reuniones de trabajo.

Les debo mencionar que desde el año pasado hasta la mitad de la cuarentena estaba dibujando en hojas de impresora, al final, da lo mismo. No me gusta la idea de dibujar porque "alguien va a mirar mi libreta", ojalá nadie mire nada y dibujen lo que quieran.







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